lunes, 22 de agosto de 2016

El peligro de los momentos transitorios



Que frecuente es dejar a merced de las olas este tiempo tan inestimable que tenemos, por algunos motivos deseando que el período en el que estamos hoy día se acabe lo más antes posible. Tales períodos transitorios parecen a nosotros ser aquel lapso del tiempo que debería unir el punto de partida de nuestro camino con aquel punto en el que nos gustaría estar; aquel lapso que preferimos dormir para despertarnos cuando ya todo se haya rodeado así como lo pinta nuestra imaginación. Es como si nos dieramos en arriendo a las circunstancias y nos dejamos llevar por la corriente sin darnos cuenta de la belleza del paisaje que cambia por el camino. Y todo parece lógico a primera vista, salvo que olvidamos que demasiado caro cuesta el tiempo que a sabiendas dejamos pasar y perder. Y, tal vez, un verdadero objetivo de nuestro camino consiste exactamente en aprender no sólo Estar sino en Ser aquí y ahora. Mi período “transitorio” ya dura más de dos años, igual que en aquella película en la que un personaje de Tom Hanks, de un país inexistenente  K r a k ó z h i a  que se ha estancado en una zona de tránsito, también yo de año en año me pongo en una cola en la espera de una “estampa verde” en mi pasaporte. Que raro es... que el Sistema decide cuanto tiempo tiene que durar tu estancia en tu zona de tránsito, que en mi caso parece ser un poco más confortable que una sala de espera de un aeropuerto, aunque su sentido de eso no se cambia. Sin embargo, uno de aquellos días imperdonablemente parecidos uno al otro, de repente me he dado cuenta de que entre todos los derechos que en este país no tengo, de un único derecho me estoy privando yo a mi misma: de vivir el momento presente; y al comprenderlo, mis días inesperadamente se llenaron de ese sol que hace mucho que no notaba por las mañanas, y eso que vivo en un país más soleado de Europa. Pues que importante es, entre todas nuestras meditaciones sobre el futuro, sobre lo deseado o sobre adonde nos gustaría llegar, no dejar pasar el presente que esconde todas esas riquezas y tesoros que solemos ir buscando en el día de mañana.


3 comentarios:

  1. Pues ya sabes... no dejes de vivir el presente porque es lo único que realmente poseemos.
    Gracias.
    Un beso

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  2. Pues ya sabes... no dejes de vivir el presente porque es lo único que realmente poseemos.
    Gracias.
    Un beso

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